12 de diciembre de 2007

La sátira y la crítica en Nikolai Gogol

El notable novelista ruso Fiodor Dostoyevski (1821-1881) dijo en una oportunidad: "Todos nosotros hemos salido de 'El capote' de Gogol", explicando el carácter que imprimió Gogol al realismo que floreció en la gran literatura rusa del siglo XIX.
Mientras Anton Chejov (1860-1904) e Iván Turguenev (1818-1883) eran influídos por la literatura francesa, las otras grandes figuras del realismo ruso, Iván Goncharov (1812-1891), León Tolstoi (1828-1910) y el mismo Dostoievski se empaparon del espiritualismo no realista que emanaba de la obra de Gogol, quien era el puente que cruzaba el romanticismo y el realismo para desembocar en una obra realista surcada por materiales fantásticos.
Gogol le dio a la sátira un carácter analítico: no sólo pre­sentó en sus relatos un amplio panorama de la vida rusa, sino que describió su mecanismo interno, sin limitarse a presentar el mal, sino que intentó explicar de dónde procedía y cuál era su origen. Aunque la sátira tenía en la Rusia de aquella época una tradición importante, él le dio un carácter didáctico, aleccionador. Antes de Gogol, la sátira ponía al descubierto algunos de­fectos de la realidad pero no descubría el fondo en el que se movían. Partía de que todos esos defectos sueltos se podían corregir por separado, sin arremeter contra los verdaderos pi­lares de la sociedad. Sin embargo, la sátira de Gogol fue mu­cho más lejos, ya que fustigó los vicios fundamentales del sistema de vida de la sociedad rusa.
Nikolai Vasílievich Gogol nació en Soróchintsi, en la región de Poltava, Ucrania, el 31 de marzo de 1809, en el seno de una familia de pequeños terrate­nientes. A los nueve años lo enviaron con su hermano Iván a la Escuela Provincial de Poltava. Aparte de unas pocas nociones de geografía, historia, matemáticas y lengua, el resto de la enseñanza se reducía a las Sagradas Escrituras y el Catecismo. De esa es­cuela recordaría el frío, la mala alimentación y la muerte de su hermano, quien a menudo estaba enfermo y murió antes de que sus padres lo llevaran a casa al finalizar el curso. Su padre tuvo que buscar un profesor particular para Nikolái, que lo preparara para ingresar en el liceo de Nezhín.
Gogol leía mucho, aprovechando la bue­na biblioteca del liceo, los libros de su padre y los de sus amigos, y publicaba poesías, relatos sentimentales y baladas románticas. En 1825 murió su padre y tres años más tarde viajó a San Petersburgo en busca de porvenir. Frecuentó los teatros y recorrió las calles céntricas, pero tuvo que pedir dinero a su madre para salir adelante.
Ante su precaria situación, comenzó a trabajar en la Administración Pública. Pasó privaciones y pade­ció la amarga suerte del funcionario pobre. Decidió probar suerte como actor pero fracasó, por lo que tuvo que seguir recurriendo a su madre.De ese modo obtuvo lo necesario para dedicarse a la literatura. En 1831 conoció a uno de los fundadores de la moderna literatura rusa, Aleksandr Pushkin (1799-1837), quien se iba a convertir en su gran amigo y lo ayudaría en su carrera como escritor. Bajo la influencia de los románticos, publicó en 1832 "Las veladas de Dikanka" en donde pintó el alma poética de un pequeño pueblo, su bondad y su rechazo de la falsedad. Sin ambargo, al advertir el contras­te entre el mundo del cuento y el mundo de la realidad, dos años más tarde publicó "Arabescos", en donde planteó los problemas y las contradicciones sociales y mostró el desmoronamiento del sistema de servidumbre. A éste siguió otra colección, "Mirgorod" (1835), en la que se incluye el relato "Taras Bulba", que fue ampliado en 1842 para convertirse en una novela completa; esta obra, que describe la vida de los cosacos en el siglo XVI, puso de manifiesto la gran maestría del autor a la hora de retratar personajes, así como su chispeante sentido del humor. Los círculos progresistas acogieron con en­tusiasmo la obra y el 19 de abril de 1836 estrenó la comedia "El inspector", una divertida sátira acerca de la codicia y la estupidez de los burócratas. Escrita en forma de comedia de errores, fue considerada por muchos críticos literarios como una de las obras más significativas del teatro ruso. En ella, los burócratas locales de una aldea confunden a un viajero con el inspector gubernamental al que estaban esperando y le ofrecen todo tipo de regalos para que pase por alto las irregularidades que habían estado cometiendo.
Con ese mismo espíritu escribió los relatos de "Novelas de San Petersburgo", un compendio del asco y la decepción que le inspiraba la ciu­dad por sus contradicciones y sus dramáticos contrastes, obra que tuvo un gran éxito de público y crítica. Mientras escribía diversos relatos breves como "La avenida Nevski", "Diario de un loco", "El capote" y "La nariz" -llevado a la ópera por el compositor Dmitri Shostakóvich (1906-1975)-, impartió clases de historia en la Universidad de San Petersburgo, para viajar a Italia poco después. De allí regresó con la primera parte de su obra maestra, "Almas muertas", que publicó en 1842 y es considerada una de las mayores novelas de la literatura universal.
En el momento de su publicación, "Almas muertas" estaba llamada a constituir la primera parte de una obra más amplia; Gogol comenzó a escribir la continuación pero, nunca llegaría a publicarla. Ese mismo año, en cambio, publicó otro famoso trabajo "El capote", un relato corto acerca de un atareado funcionario víctima de la injusticia social, tan frecuente en la Rusia de su tiempo. En 1848, Gogol viajó en peregrinación a Tierra Santa y a su regreso cayó bajo la influencia de un sacerdote, el Padre Konstantínovskii, un ortodoxo fanático, quien le convenció de que sus obras narrativas eran pecaminosas. A raíz de ello, Gogol destruyó una gran cantidad de manuscritos inéditos, entre ellos la segunda parte de "Almas muertas".
Nikolai Gogol, que nunca contrajo matrimonio (por lo que no faltó el descomedido que se apresurara a calificarlo de homosexual, sobre todo gracias a su íntima y prolongada amistad con Pushkin), vivió sus últimos años de manera confusa y compleja: cayó en un estado de exaltación religiosa y pretendía salvar el mundo con sus escritos. Tras sufrir un gran deterioro físico, murió en Moscú el 4 de marzo de 1852, al borde mismo de la locura.