7 de octubre de 2008

Alfredo Di Stéfano: "Hablaría de fútbol toda mi vida"

Alfredo Di Stefano (1926) nació en Buenos Aires. Su primer club fue River Plate, con el que debutó en la Primera División en 1945, con diecinueve años de edad, saliendo campeón. La temporada siguiente jugó a préstamo en Huracán para regresar a River en 1947. Este fue el año de su consagración: ganó el Campeonato, fue el máximo goleador con 27 goles y fue convocado para formar parte de la Selección Nacional que disputó y ganó el Campeonato Sudamericano en Ecuador. Tras la huelga de futbolistas profesionales de 1948, viajó a Bogotá para jugar en Millonarios durante cuatro años, ganando en tres ocasiones el campeonato de Colombia. En 1953 fue adquirido por el Real Madrid y debutó en la Primera División de la Liga española el 27 de septiembre de ese año. Con el club de la capital de España conquistó las primeras cinco ediciones de la Copa de Europa (1956, 1957, 1958, 1959 y 1960), una Copa Intercontinental (1960), ocho títulos de la Liga española (1954, 1955, 1957, 1958, 1961, 1962, 1963 y 1964) y una Copa de España (1962). Además, consiguió en cinco ocasiones el Trofeo Pichichi (1954, 1956, 1957, 1958 y 1959) como máximo goleador de Liga y, en otras dos (1957 y 1959), recibió el Balón de Oro como mejor jugador de Europa. En 1964 pasó al Español de Barcelona, en el que, tras dos años, pondría fin a su carrera. Nacionalizado español en octubre de 1956, jugó para la Selección Nacional española aunque no pudo disputar ningún Mundial. Después fue entrenador del Elche, del Sporting de Lisboa, del Rayo Vallecano, del Castellón, así como de Boca Juniors y River Plate de Argentina (con ambos salió campeón), del Valencia, club con el consiguió el título de la Liga española después de veinticuatro años y del Real Madrid, con el que ganó en 1991 la Supercopa de España. Desde noviembre de 2000 es Presidente de Honor del Real Madrid. El periodista argentino Julio César Pasquato "Juvenal" (1923-1998), lo entrevistó en Madrid para la revista "Sport" nº 24 aparecida en agosto de 1966.Quería preguntarte...

Preguntá no más. Preguntá, que yo soy el Espasa Calpe del fútbol...

...¿qué significa el fútbol para vos?

Todo. Mi viejo jugaba en los tiempos de Luraschi y Grifero, antes de Carlos Isola... ¿Nunca te contó Machín cómo pateaba mi viejo?... Tan fuerte como Bernabé... Yo estoy emparentado con los Brown, los Drake, los que hicieron la historia del fútbol argentino. Con Pertini, que fue fundador de Boca... Nací y me crié entre gente de fútbol, vivo del fútbol y para el fútbol. No estoy cansado del fútbol. Hablaría de fútbol toda mi vida...

¿Cómo ha sido tu experiencia aquí en Europa?

He aprendido que más allá de la emoción y del goce personal de convertir un gol, el fútbol tiene otras exigencias, otras obligaciones, otros motivos de satisfacción. Pero nunca olvidé al goleador que llevo adentro desde que nací para este deporte.

¿Cuál fue tu campaña goleadora?

Durante mi actuación en el Real Madrid marqué más de quinientos goles. Fui cinco años seguidos goleador de Liga. Anota: 1953/54, 1954/55, 1955/1956, 1956/57 y 1957/58. En una temporada hice treinta y un goles. Sólo me supera la marca de otro jugador del Real Madrid, Pruden, que marcó treintidos. Soy el goleador de la Copa Europa, con cuarenta y nueve goles. Soy el máximo goleador del seleccionado español, con veinticuatro goles en treinta y un partidos. Ahora, por exigencias del equipo, tengo que realizar un juego más defensivo en el Español y ando más lejos del arco contrario. Pero mi obsesión sigue siendo el gol. Para eso se juega, recuerdo que una vez, cuando estaba en la tercera de River, hicimos nueve goles. Y yo, que era el centroforward no conseguí ninguno. Al terminar el partido el técnico Carlos Peucelle me felicitó: ''Muy bien, Alfredo: hoy has jugado un magnífico partido. No marcaste goles pero fuiste un auténtico conductor". Ese fue el peor elogio que recibí en mi vida...

Has ganado cinco copas Europa con el Real Madrid. ¿Qué recuerdos te traen?

La más linda de todas fue en Glasgow, contra los alemanes del Eintracht Frankfurt. Entramos con todo el público escocés en contra, por motivos políticos. Ganamos 7 a 3 y al final nos hicieron una ovación como no recuerdo otra igual jugando fuera de Madrid... Pancho Puskas marcó cuatro goles y yo tres...

Pero al principio los tuvieron apurados...

¡Y cómo!... Durante los primeros cinco minutos no salíamos del área nuestra. Ellos hicieron el primero, y sólo después de los veinte minutos empezamos a levantar cabeza. Canario llegó dos veces hasta el palo y la cruzó fuerte al medio. Las dos veces llegué justo y la mandé adentro. Después empezó a funcionar la zurda de Pancho y terminamos dando espectáculo...

¿Y la primera final, contra el Reims, en París? Esa fue durísima...

A los diez minutos ya perdíamos 2 a 0. Reaccionamos, empatamos y faltando veinte perdíamos 3 a 2. Empató Marquitos y el "negro" Rial marcó el decisivo. Faltaban diez minutos y tuvimos que aguantarlos... ¿Sabés cómo jugaban ellos? Kopa era el centroforward. Un fenómeno. Al año siguiente jugaba para nosotros... Pero esa tarde lo teníamos en contra... Fueron diez minutos dramáticos... Me acuerdo de una pelota que pegó en el travesaño... ¡Huy!... Era gol... Picó al lado de la línea, la sacó Lesmes, me la dio y me fui en un "sprint" por la punta derecha. Cuando crucé la mitad de la cancha levanté la cabeza y apunté a la bandera del córner del otro lado. Le pegué con alma y vida, y en ese momento el referí dio las tres pitadas finales... Otra muy brava fue la de Bruselas, en 1958... El Milan tenía un cuadrazo... ¡Lo que jugaron Cucchiaroni, el Pepe Schiaffino y el sueco Liedholm esa tarde! Estuvimos siempre en desventaja. Marcó Schiaffino, empaté yo. Grillo nos hizo el segundo, volvió a empatar Rial, y tuvimos que ir a un tiempo suplementario. Hicimos un conciliábulo a un costado para ver cómo encarábamos esa última media hora y el "Yiyo" Carniglia ordenó: "Hay que ir al ataque, que ellos se caen...". ¡Qué espíritu sabía infundirnos Carniglia! ¡Si nos estábamos cayendo nosotros...! Apenas empezó el segundo tiempo del alargue Gento metió el tercero, y entonces sí todo el mundo a defender el gol... Hasta Carniglia...

Pensar que la final más fácil, la que tenían servida, la perdieron...

Tenés razón... La de Amsterdam contra el Benfica... A los veinte minutos íbamos ganando 2 a 0. Dos zurdazos de Pancho... Descontaron y nos empataron con dos tiros desde fuera del área. Pancho hizo el tercero. En el segundo tiempo el referí Horn nos negó un penal grande como una casa que me hicieron a mí y al rato les dio un penal a ellos. Nos empataron y Eusebio metió otros dos desde fuera del área... Terminamos perdiendo por goleada el partido más fácil de la historia de la Copa...

Otra final de Copa, esta vez perdida, significó el adiós a diez años de excepcional campaña en las filas madridistas. En Viena, en mayo de 1964, el Inter de Helenio Herrera derrotó al Real Madrid 3 a 1. ¿Cómo fue?

Después del partido hubo una cena con participación de dirigentes y jugadores de los dos equipos. Yo estaba conversando con un muchacho argentino del Inter y todavía no se habían servido los postres cuando de pronto miro alrededor y no veo a nadie del Madrid... Imaginate: no podía quedarme allí mientras el resto de la delegación se iba. Me despedí precipitadamente, y al pasar frente a Moratti, presidente del Inter, me guiñó el ojo mientras me decía: "Estaban apurados... No esperaron ni el postre...". Al llegar a la calle vi que varios compañeros se estaban poniendo los abrigos y solté una frase que me iba a costar la salida del Real: "¿Pero es que hemos perdido la clase...?". Yo sabía que "alguien" no me lo iba a perdonar. Y no me lo perdonó. Pero no les di el gusto a los directivos del Real: ellos pretendían que cuando un jugador está terminado para el club no juegue en ningún otro lado. Que se termine para el fútbol. Y no sólo seguí jugando sino que he ganado en el Español lo que nunca he ganado en el Madrid... Es un club más modesto pero dirigido por gente de fortuna.

¿Quiénes fueron los cinco mejores delanteros que viste en tu vida?

Anotá: Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau.

¿Y la delantera en que te hubiera gustado jugar?

Kopa, Moreno, Yo, Puskas y Gento.

¿Cuál fue el mejor equipo de club que integraste?

River 1947.

¿Y la mejor selección?

Argentina 1947: campeones en Guayaquil.

¿Cuál fue tu mejor año?

De 1954 a 1960, en el Real Madrid.

¿Tu mejor partido?

Contra Racing, jugando para River, en 1948. Nos quedamos sin Grisetti y jugamos con Ferrari al arco todo el segundo tiempo. Le hice los dos goles a Antonio Rodríguez. El segundo, tocándola apenas cuando me salía al encuentro. La pelota iba despacito y la corría media defensa de Racing. Yo seguí corriendo, salí de la cancha y la pelota todavía no había entrado. Después, casi marco el tercero. Me mandé un "sprint" bárbaro, pero ya no daba más, no había más fósforo...

¿Y tu mejor gol?

Hay varios. Imaginate, tengo para elegir... Andá tomando nota: contra el Milan, en la Copa Europa de 1964, de tiro libre. La mandé con efecto por detrás de la barrera. Contra el Valladolid, en la temporada 1954/55: vino un centro de la derecha, me zambullí hacia adelante y la enganché de taco. Un gol "tipo Erico". En Colombia, jugando contra Racing, le hice uno muy bueno, de chilena, a Grisetti. El "narigón" chillaba: "¿Justo a mí me venís a hacer este gol?". En Bahía Blanca, cuando recién había vuelto a River en 1947, también marqué uno de chilena que me salió justo. Además, tengo uno que debe ser caso único en el fútbol: fue en la Copa de Campeones que se jugó en Chile a comienzos de 1948. Ya había estado en conflicto con River y después que River perdió con Nacional de Montevideo 3 a 0 arreglé y volé a Santiago. En el avión íbamos dos pasajeros solos: un inglés y yo. Llegué y jugué contra el campeón boliviano. Creo que era el Strongest. Iba a empezar el segundo tiempo y Moreno me preguntó: "¿Te animás a "sprintar"? Me la das, la retengo un cachito, vos picás y yo te la mando por arriba". Miré a los defensores bolivianos y le contesté: "¡Claro que me animo!". El referí dio la orden, la toqué a la derecha y metí el acelerador a fondo. Pasé entre los centrales y los volantes, y cuando iba llegando cerca del back centro, miré hacia atrás por sobre el hombro derecho. La vi venir en el aire sobre mi derecha. Me desvié un poco para no chocar con el back, lo vi salir al arquero Araya, aquel que jugó en Atlanta, ¿te acordás?, la toqué un poco larga para esquivarlo, y cuando ya se me iba la enganché y la mandé adentro. Todo habrá pasado en ocho segundos... ¿Supiste de algún otro gol igual?

¿Tenés algún ídolo?

Arsenio Erico. El goleador más extraordinario que vi en mi vida. El jugador espectáculo. Elegancia, finura, elasticidad, arte, circo y fútbol. Todo junto, en un tipo solo.

¿Moreno?

¡Un maestro! Otro jugador inolvidable. También un ídolo.

¿Y Pelé?

¿Pelé? Un supercrack. El solo compone una fórmula temible de ataque, porque tiene facilidad, variedad, velocidad y potencia. Además, es serio. Juega a ganar. Y eso lo hace más respetable todavía.

¿Quién es el mejor "shoteador"?

Ferenc Puskas. "Pancho" es un fenómeno. Muchas veces, jugando con él, se la daba, veía cómo la iba a recibir con la zurda y me daba vuelta gritando: "¡Gol!" Y era gol. No podía fallar. La pone donde quiere. ¿Sabés? Le pega de "media masca", como dicen los que juegan a las bochas. Medio dormida, de refilón, ¿me entendés? Y entonces le salen esos tiros que no los sacás ni con tres arqueros. Cuando practicábamos en el Real Madrid yo me ponía al arco. A "Pancho" se la tiraba con efecto, envenenada, para complicársela. No había caso. La enganchaba como venía, de "media masca", y cuando yo levantaba un brazo ya la tenía adentro...

¿Cuál fue el mejor arquero que viste?

¿El mejor arquero que ví? Julio Cozzi.

¿El mejor defensor?

Pepe Santamaría.

¿Y el mejor volante?

Dos: Néstor Rossi y el húngaro Boszik.

¿Cuál fue el mejor técnico que tuviste?

Para profesionales, dos que tuve en el Madrid: "Yiyo" Carniglia y Enrique Fernández Viola. Para enseñar a los pibes, Carlos Peucelle y Renato Cesarini.

¿Qué pensás de Helenio Herrera?

¿Helenio Herrera? Un buen preparador. Ideal para darle velocidad y ritmo a un equipo. Pero no un gran técnico, a la altura de los que te nombré. El Inter, por ejemplo, es un equipo de gran preparación física, pero con una sóla solución estratégica: esperar y aprovechar alguna oportunidad de gol. Es como el cazador esperando el conejo. Si el conejo llega a agarrar la escopeta y le tira antes, está liquidado. No hay recursos colectivos. Solamente soluciones personales.

¿Y el arranque de Facchetti al ataque?

Un "bluff" estratégico... Los rivales viven pensando en el arranque de Facchetti y se olvidan de otras cosas. Por ejemplo, de ir a marcar encima de Corso con el hombre que Corso deja libre y que casi todos los técnicos retienen atrás para que espere los famosos arranques de Facchetti. Yo lo dejo que se vaya al ataque y le pongo un wing allí detrás de Facchetti. Vamos a ver cuántas veces se va...

¿Y lo del marcador lateral libre?

No es ninguna novedad. Ya lo hacía Benito Días con la Real Sociedad, de San Sebastián, hace treinta años... Sale bien según el adversario. Con nosotros, en la final de la Copa que me costó irme del Real Madrid, Muñoz se dejó impresionar por el "bluff" de Helenio Herrera. Dejó a Isidro atrás, marcando a nadie, en lugar de mandarlo sobre Corso "a muerte". Cuando vos le marcás a Corso, que Suárez tire pelotazos no más... Que Facchetti amague con el "sprint" por la raya... ¡No pasa nada! Contra el Benfica, al año siguiente, Cavem hizo lo que debía y el Inter fue un desastre. Ganó por una pelota embarrada que se le fue entre las piernas a Costa Pereira, pero el Benfica con diez hombres lo superó completamente.

¿Recordás cuáles fueron tus mejores paredes?

¿Mis mejores paredes? Con Mateos. Sí. un jugador que muchas veces fue criticado, al que siempre se le negaron condiciones. Pero nadie me devolvió la pelota tan justa como él en la "pared''.

¿Por qué ganaba el Real Madrid?

Por dos cosas fundamentales: velocidad y combatividad. Además en el ataque, con el acelerador a fondo, teníamos una gran superioridad sobre la pelota. Vos sabés que ése es el problema del jugador español: la pelota. Además, era muy importante el "negro" Rial. Cuando él se lesionó hubo que cambiar el esquema. Recién lo conseguimos plenamente cuando llegó Del Sol. Porque "Pancho" es un jugador bárbaro, un goleador sensacional, pero no marca. Y el "negro" marcaba.