7 de octubre de 2010

David Viñas: "El desconocimiento de América Latina es una vieja tradición liberal"

El escritor e historiador David Viñas (1927) es uno de los intelectuales argentinos más reconocidos de los últimos cincuenta años. En la década del '50 fue fundador y codirector de la revista "Contorno", cuya perspectiva crítica revolucionó el campo intelectual argentino. Doctorado en Letras en 1963 en la Universidad de Rosario, actualmente dirige el Instituto de Literatura Argentina de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Guido Carelli Lynch, quien lo entrevistó para el nº 303 de la revista "Ñ" que apareció el 18 de julio de 2009, sostiene que la literatura y la política "son esferas indivisibles en el mundo de Viñas. Para él, no existe una literatura que no sea política". Testimonios de tal afirmación pueden rastrearse en sus obras de teatro y narrativa, y -sobre todo- en sus ensayos. A fines de 2007 y junto a Gabriela García Cedro, su colega en la cátedra de Problemas de la Literatura Latinoamericana que dictan juntos en la facultad de Filosofía y Letras de la UBA, editó la primera entrega de la colección "Crónica General de América Latina". El libro -titulado "Bolívar. Antología polémica"- recoge textos de diferentes historiadores, políticos y escritores de realidades, pensamientos y épocas diferentes sobre el fundador de la fracasada Gran Colombia. Por sus páginas transitan figuras tan disímiles como Karl Marx (1818-1883), Bartolomé Mitre (1821-1906) y José Martí (1853-1895), quienes exponen sus respectivos retratos de Simón Bolívar (1783-1830), un revolucionario al que Viñas define como "un caudillo popular; un caudillo que andaba en mula". Junto a esta entrevista se adjunta otra realizada por Gabriel Lerman para el diario "Página/12" del 16 de marzo de 2008.


¿Por qué ahora una antología sobre Simón Bolívar?

Por la Gran Colombia. La Gran Colombia ya es uno de los fracasos fundamentales de él, ¿pero por qué está la Gran Colombia? Y... el intento de conjura o de la fragmentación de América Latina de habla hispana. Y ahora, ahí están Venezuela, Colombia y Ecuador. El punto de partida de este trabajo que hicimos con Gabriela García Cedro es que no hay en Buenos Aires una antología así. Mil ejemplares, ¿eh? No es Harry Potter. Pagado por nosotros. Los distribuimos con un muchacho amigo que tiene una pequeña editorial. Digo, para saber en qué estamos, ¿no? No había nada, no hay nada en Buenos Aires sobre Bolívar, nada. Ya digo, no se habla de algo que está en primera plana de los diarios. Es que es la vieja tradición liberal, el desconocimiento de América Latina.

¿Y por qué si es un tema relevante y de actualidad se trata de una publicación independiente que directamente roza lo marginal?

Son los límites con que se maneja el pensamiento crítico en la Argentina. ¿Dónde se puede publicar algo que sea crítico en serio? Es una pregunta para hacerse, compañero. ¿Por qué no hay trabajos críticos sobre esto? Es lo que estamos intentando hacer. No quiero monopolizar, ¿no? Es un grupo de gente, además, que trabaja en la cátedra.

¿Pero en 1960 hubiera sido más fácil para usted abrir estos canales?

En algunos momentos sí porque había gente muy empecinada, con mucha práctica. En los '60, ya que usted pregunta puntualmente, estaba, por ejemplo, Boris Spivacow, que hacía colecciones y colecciones de lo que le diera la gana, y no pagaban derecho. Las quemaron los militares. Es decir, cuando hay una producción crítica que se visualiza, aparece la censura, que es también un elemento que está ahí.

La entrevista de Guayaquil entre San Martín y Bolívar es tal vez una síntesis de la construcción de la historia oficial argentina. ¿Qué sucedió en verdad allí?

Pero ahí hay que plantearlo en términos políticos. Es una correlación de fuerzas, y las fuerzas las tiene Bolívar. Está en la casa y él tenía ese proyecto; San Martín no lo tenía. San Martín es un militar a la europea, fundamentalmente. Este es loco, incluso a nivel temperamental si usted quiere, pero hay cosas que se han anecdotizado mucho, empezando porque era morocho y andaba en mula. Diga que también era un señorito, millonario, de familia mantuana. En otras cosas que ha abundado, perdóneme, es en su colección de queridas. Su vida. ¡Lo descalifican por eso! ¿Qué tontera es ésa? ¡Era un héroe! Más bien héroe a la locura; legó su apellido a un país, imagínese.

En el relato que hace Mitre sobre Guayaquil aparece San Martín, ascético, retirándose de la fiesta, y Bolívar bailando y tomando.

Es muy esquemático. Yo estudié en el Liceo Militar en el año '45 y los latinoamericanos allí eran monos. Titíes, ¿eh? No orangutanes. Nosotros éramos los grandes tipos de la historia, el mito de Lavalle señorito. Es toda una ideología. San Martín no entra, se abstiene. Marginalidad, presunto profesionalismo. Desde ya. Simplemente, hagamos un análisis. ¿De San Martín a quién? ¿A Uriburu? ¿A quién se quiere llegar? ¿A Galtieri? Ellos son los militares. Es toda una ideología de un grupo, corroborada por toda una historiografía liberal porteña, que los porteños somos los grandes tipos, blanquitos, la hermana mayor, toda la historieta. Y en el Liceo Militar te la vendían, ¿eh? América Latina, los brasileños, eran todos monos. En "La Nación", hace cuatro meses, hablando de Chávez, aparece una foto con un epígrafe que dice: "Chávez gesticula delante de su gente". No habla, gesticula. ¿De qué están hablando? Pará, viejo, analizalo políticamente. Escamotean el asunto que condena la OEA. Que condena a Colombia. "La Nación" no lo dice, tenés que leer "El País" de Madrid. Qué quiero decir: es un núcleo muy fuerte, que hay que verlo en la Argentina. Recién en los trabajos de Halperin Donghi, él sigue el rastro de la presencia de Bolívar en la literatura argentina historiográfica. Empieza con el Deán Funes.

En la antología aparece un poema de Neruda...

Porque Neruda es el encuentro, es el enfrentamiento, y se queda Bolívar solo. No le puede bajar la caña a San Martín porque él es chileno. Pero, ¡abrí una polémica! Decí, bueno, viejo, ya. Polémica y sepamos algunas cosas, si no, no sabés nada. Imagínese, San Martín cruzó una vez los Andes. Pero este loco de Bolívar iba y volvía. Pero San Martín es un "profesional". En Perú, él no quiere pelear. Quiere llegar a un arreglo, no quiere pelear. Sobre todo que ya, en esa coyuntura, de acuerdo a lo que se había producido en España, el riesgo es la sublevación liberal, capaz que entran militares españoles, a ver cómo arreglamos esto. Con conflictos internos, desde ya, todo es conflictivo.

Ha dicho que el texto que más aborrece de los que compiló es el de autor de "El manifiesto comunista", que dejó un testimonio fuera de foco de Bolívar.

Marx era un ganapán; escribió el artículo para un diario norteamericano donde le pagaban, y tal vez sea de Engels, que a veces escribía por él, o de algún otro. Tiene un pensamiento eurocéntrico del que no se puede desprender. El es un burgués, es un burgués que intenta dejar de ser burgués, pero su formación era burguesa. Se pasó la vida escribiendo. Era un loco, era un obsesivo por ese trabajo: todavía estamos asistiendo a un capítulo del capitalismo del cual él no iba a poder dar cuenta. ¿Qué pasa ahora con el capitalismo? En Estados Unidos ¡quiebra la General Motors!

Marx le da una gran preeminencia a los segundos de Bolívar, a los militares extranjeros que integraban sus filas, como que Bolívar se apoyaba en los éxitos militares de otros.

Lo de Marx es lamentable. Ahí es el informante que aparece al pie del artículo. Yo no lo encontraba el artículo ése, me lo pasó María Pía López. Es un tipo que estuvo muy conflictuado, porque llegaba gente a pelear, todos los que después de la guerra napoleónica quedan disponibles, venían acá. Aventureros a rolete. Venían de todo. La propuesta, una hipótesis, es que no lo escribió Marx, que lo escribió alguien. Cosas que ocurrían, ¿eh? Para ganar un dinero rápido. O bien con un criterio de lesa información sobre este personaje. O con un criterio eurocéntrico, concretamente.

El mundo es un lugar distinto, la izquierda y la derecha se confunden, la tradición liberal se convierte en conservadora...

No se confunden, se corrompen...

No hay publicaciones sobre Bolívar ni lugar para las publicaciones políticas y el discurso político es cada vez más vacío. ¿Cuándo comenzó? ¿Por qué comenzó?

Bueno, una de las cosas asociadas con la despolitización tiene que ver, por ejemplo, con los planteos desde la Ciudad de Buenos Aires para que no se filtren cuestiones ideológicas. Es decir, para el acto del 25 de Mayo llamaron a cantantes de rock para cantar las canciones patrias "con onda", que no se filtren cuestiones políticas, qué sé yo. Acá no ya no hay más ciudadanos hay sólo vecinos. Yo le voy a citar pedantemente a Aristóteles, porque es un lugar común. Aristóteles dice: "el hombre es un animal político", y si usted le saca la política, ¿qué queda?

¿Qué le puede pasar a la historiografía argentina y en general al pensamiento político con un cambio en la mirada sobre Bolívar?

Y, ya le digo, por descuento, lo más elemental, lo previo de lo previo, que es saber geografía. Le diría historia, geografía. De América Latina. Es el primer contexto. Si no, no entendemos nada, salvo Buenos Aires. Hay que contextuar. Imagínese el proceso del populismo. Ahora, la palabra que corre es populismo. Lo hay conservador, muy reaccionario, y hay un populismo revolucionario. Es una categoría, perfecto. Pero amplíela, busque el espectro, los matices. Hay izquierda, pero hay distintas izquierdas.

¿Cuáles son los problemas de la literatura argentina hoy?

La publicación, por ejemplo. Más que la publicación, el mercado diría yo. Más allá del circuito de editoriales independientes y gremios que promueven también esta nueva narrativa que hay. Pero, por lo general, cuando hay éxitos, pasan a publicar en las grandes editoriales.

Viñas, ¿usted lee literatura argentina contemporánea?

Fundamentalmente crítica; algunos trabajos son excelentes, la mayoría de mujeres. Entre otras cosas, por las características tradicionales que tiene Filosofía y Letras, que ilustra a las mujeres maestras; todo ese mito está ahí. Yo no creo que la cosa acabe; lo que no hay es una articulación crítica.

Igualmente, hay gente trabajando...

Pero el mercado es inexorable, produce libros pobres... Andahazi, que es un aventurero. Que se gane la guita que quiera, pero es un aventurero, simplemente, este muchacho, que maneja con destreza digamos un paquete de tipo mercantilista. Hace un libro con determinadas características para ser vendidas en tales lugares. Y no es un libro crítico, no es un libro adulto, es un libro cómplice en función de las cosas más baratas que él puede dar.